lunes, 28 de febrero de 2011

La libertad guiando al pueblo. Ferdinand Eugéne-Victor Delacroix (1798-1863)

La libertad guiando al pueblo, Delacroix  (1830)

Pintura romantica
Museo Louvre de Paris
óleo sobre lienzo 260 x 325 centimetros.

*.- Precedentes: Rubens, Goya, Géricault
*.- Localización: Museo del Louvre, París
*.- Tema: Testimonio, entre alegórico y realista, de la insurrección popular de julio de 1830 en Paris.

*.- Elementos formales:
-Colores pálidos, pinceladas sueltas y desenvueltas
-Composición piramidal
-Perspectiva gracias al fondo que va disminuyendo a medida que se aleja del espectador.
-Luz irreal que pretende junto al color potenciar el movimiento.

*.- Contexto: El lienzo representa una escena del 27 de julio  de 1830 en la que el pueblo de París levantó barricadas. El rey Carlos X de Francia había suprimido el parlamento por decreto y tenía la intención de restringir la libertad de prensa. Los disturbios iniciales se convirtieron en un levantamiento que desembocó en una revolución seguida por ciudadanos enojados de todas las clases sociales.
*.- Función y significado: Primeramente, propagandística, pero luego conmemorativa de la revolución de 1830, que tuvo lugar los días 27, 28 y 29 de julio de este mismo año en Francia


Ferdinand Eugéne-Victor Delacroix nació cerca de París. Su padre fue ministro de asuntos exteriores en el directorio napoleónico, y su madre era hija de un celebre ebanista de Luis XVI. De niño se educó en un ambiente selecto.
Logró la fama en el Salon de Paris de 1822. Amigo de George Sand y Frederic Chopin, visitó España, Tanger y Argel. Ello explica que la temática oriental este tan presente en su obra. Fue el máximo exponente de la segunda generación de pintores romanticos europeos.
Es este un cuadro de gran contenido político.
No solo es una de las obras mas importantes de este pintor, sino una obra cumbre del romanticismo y un símbolo de las revoluciones burguesas.El 27 de julio de 1830 se inició en París un movimiento popular contra la restricción de libertades por parte del rey absolutista Carlos X, impuesto por la Restauración posterior a las guerras napoleonicas.
Jovenes republicanos lideraron la insurreción la noche del 27 al 28, levantaron barricadas en los barrios del este y se hicieron con el control de la ciudad, el dia 29.
Las llamadas "tres jornadas gloriosas" desencadenaron un movimiento liberal en todo el Continente contra las monarquias absolutistas y la Restauración.
El cuadro es de gran contenido revolucionario, un gran icono.
Marca el momento en que el movimiento romantico abandono las fuentes de inspiración historicas antiguas para integrarse en la vida contemporanea.
Es tambien uno de los antecedentes historicos del realismo, por su intención crítica y su crudeza visual, y la primera composición pictorica política. La obra, una verguenza para los conservadores, fue comprada en 3.000 francos con destino al Museo Real, que la oculto al público por su caracter revolucionario.
EL TEMA
En el lienzo aparecen representadas distintas edades y clases sociales, desde burgueses y soldados hasta campesinos y obreros, para manifestar que en el proceso revolucionario existió una amplia participación. El burgués es el más cercano a la mujer y es probablemente un autorretrato de Delacroix.

LA LUZ
Se convirtió en una verdadera obsesión en la trayectoria de Delacroix. En esta obra, estalla en la blusa del cuerpo caido en primer término, envuelve la figura de la mujer y se disuelve entre el humo y las casas del fondo, insinuado con breves pinceladas que funden la atmósfera y el humo de la pólvora.

LA MUJER
Representa la libertad, aparece con el torso desnudo y porta la bandera tricolor en su mano derecha y un arma en la izquierda. Su figura se ha convertido en la alegoría de la República Francesa. Según la critica de la época, su vestido desgarrado, su piel sucia e, incluso, el ligero vello que aparece debajo de la axila demostrarían que la protagonista del cuadro es una mujer del pueblo llano. Delacroix eligió como modelo las estatuas de Venus del mundo grecorromano.

EL MOVIMIENTO
Es uno de los elementos que caracterizan el cuadro, que refleja la ruptura que supuso el Romanticismo con las convicciones del Neoclasicismo. Todas las figuras y objetos están recorridos por el temblor y la tensión revolucionarios.
EL COLOR
Los grises y terrosos son un homenaje del autor a Géricault, uno de sus maestros. En vez de colores planos, prefiere la vibración de tonos combinados con pinceladas sueltas.



LA COMPOSICION
Es estrictamente clásica: las figuras se distribuyen de arriba abajo, en una pirámide cuya base está formada por los caldos. La escena se divide en dos mitades, a ambos lados de la mujer.






jueves, 24 de febrero de 2011

Planta y alzado de la Catedral de Santiago de Compostela

Velazquez II









Velázquez I








Velazquez

Las Meninas, Velázquez


Las Meninas era el nombre con el que se conocían a las acompañantes de los niños reales en el S.XVII.
La cruz de Santiago que hay en la vestimenta del pintor fue añadida póstumamente por orden de Felipe IV, demostrando su gratitud por los servicios prestados durante tantos años a la Corte.
Velázquez, Diego Rodríguez de Silva y
La familia de Felipe IV, o Las Meninas
Hacia 1656
Técnica: Óleo.
Soporte: Lienzo.
Medidas: 318 cm x 276 cm.
Escuela :Española.
Tema : Retrato

Esta pintura al óleo fue realizada a mediados del S.XVII por uno de los grandes artistas de la historia del arte español: Velázquez.
Dedicado al estudio de la pintura desde los once años, este sevillano del Siglo de Oro contribuyó a ennoblecer el arte barroco español en un momento en el que las artes estaban controladas por la Iglesia y por la Corte.

Diego de Velázquez se formó en el ambiente contrarreformista español, aunque no se limitó a la estética española: sus viajes a Italia supusieron para él un afán de superación y riqueza estética.
Sus cuadros reflejan la influencia de Caravaggio, Tintoretto o Tiziano, evolucionando su pintura a partir de los conocimientos y la práctica adquirida durante sus 3 años de estancia en Italia.
En 1623, Velázquez fue nombrado Pintor del Rey Felipe IV.
En los últimos años de su vida, pintó Las Meninas.

Para leer esta obra tenemos que centrar nuestra mirada en tres aspectos fundamentales: los personajes retratados, el espacio y la mirada del pintor.
Los personajes:
 
1- Infanta Margarita.
2.- Doña Isabel de Velasco.
3- Doña María Agustina Sarmiento de Sotomayor.
4- Mari Bárbola.
5- Nicolasito Pertusato.
6- Doña Marcela de Ulloa .
7- Don Diego Ruíz Azcona .
8- Don José Nieto Velázquez .
9- Velázquez.
10- El Rey Felipe IV.
11- La Reina Mariana de Austria
La escena transcurre en una de las estancias del Alcázar de Madrid.
La infanta Margarita se encuentra en el centro de la composición, un factor que, junto a la luminosidad que le ha dado el pintor, la convierte en el personaje más relevante del cuadro.
A sus lados, Isabel Velasco y Agustina Sarmiento son las “meninas”, junto a las que se encuentran los enanos de la corte, en actitud lúdica con el perro que hay a sus pies.
En un segundo plano, en la penumbra, vemos a Marcela de Ulloa y a un hombre anónimo.
A la izquierda aparece el autorretrato de Velázquez, realizando su labor como pintor de la corte
y, al fondo de la estancia, se encuentra José Nieto, aposentador de la reina, en una posición que destaca por ser el centro de la perspectiva del cuadro.
Finalmente, podemos ver dos personajes más de máxima importancia: en la pared del fondo, junto a la puerta, se reflejan en el espejo las figuras de Felipe IV y Mariana de Austria.

Si no fuera por el toque de luz que el pintor da al espejo no repararíamos en ellos, e incluso parece que sea un cuadro más dentro de la estancia. Este juego visual, un tanto enigmático, nos permite obtener más información de las personas que hay en el espacio representado.

La instantaneidad del momento se puede ver en los gestos de los personajes, que parecen haber sido alertados por la llamada de alguien exterior a la escena.

El espacio:
*.-  Velázquez nos presenta en esta obra la intimidad del Alcázar y con su maestría nos hace penetrar en una tercera dimensión.
*.- Con la escena que muestra inmortaliza un solo instante de la vida cotidiana de sus personajes.
*.- La luz y la atmósfera del cuadro son la consecuencia del dominio y el genio artístico del pintor sevillano.
*.- Lo más original de Las Meninas es el juego de miradas y espejos que contiene, un efecto habitual en el arte Barroco.
*.- La mirada: Velázquez nos mira fijamente:
Velázquez (la mirada del pintor) se retrata en el cuadro pintando a los reyes, cuya imagen vemos reflejada en un pequeño y poco destacado espejo, al fondo de la escena.
Como espectadores, nos sentimos observados ante la mirada del pintor. Nuestra visión de la escena es la misma que la de los reyes que están siendo retratados por Velázquez.
Este gesto de Velázquez confirma la importancia que en aquel momento tenía la figura del pintor en la corte (que cobra protagonismo en un retrato real). Además, da un paso importante en la representación del mundo real a través del arte, ya que consigue integrar el espacio del espectador (nuestra mirada) con el espacio representado (la mirada de los reyes).

En Las Meninas, nos introduce en su taller.
Velázquez trabaja en el cuadro cuando espontáneamente entran en la sala, en la que (según una de las múltiples interpretaciones) están ya los monarcas reflejados en el espejo del fondo, la infanta Margarita con sus damas y un pequeño séquito.
El punto de fuga va desde las luces del techo y las líneas de las ventanas hasta la puerta abierta del fondo donde se encuentra el aposentador de palacio, y nos invita no sólo a entrar sino a “atravesarlo”.
No se trata de un espacio “pasivo”, la profundidad está determinada por las “interdistancias”, por la luz, por las relaciones recíprocas entre las cosas y las actitudes de los personajes.
Quienes lo observamos nos adentramos en la escena, y tenemos la sensación de que no es una pintura sino una “escena real” que presenciamos a través de la puerta de la habitación contigua. Espacio y luz son el verdadero tema del cuadro.


Biografía y etapas:
*.- Artista sevillano de familia noble venida a menos, mostró desde muy joven inclinación y facilidad por la pintura:
*.- A los 11 años ingresó en el taller de Pacheco con cuya hija se casaría más tarde.
*.- Sus comienzos fueron muy semejantes a los de Zurbarán (tenebrismo, pintura de naturaleza muerta y naturalismo) y llevará a la pintura barroca a su más alta cima.
*.- Es el tipo perfecto de pintor que plasma el mundo que tiene delante de sus ojos sin deformarlo ni idealizarlo; puede que sea la pupila más objetiva que ha contemplado las cosas con intención pictórica.
 *.- Con él se cierra la etapa de diversos siglos para conseguir la captación de la realidad tal cual es. Sus características principales son:

- Maestría técnica en sugerir volúmenes, formas, perspectivas y aire, mediante el dominio de la perspectiva aérea y la pincelada suelta. El avance conseguido por los quatroccentistas italianas en la perspectiva lineal, que sirve para fingir la profundidad sobre el plano, era una mera cuestión técnica, mientras que el dominio de la perspectiva aérea, es decir, la deformación de los cuerpos vistos desde lejos por las capas de aire interpuestas, suponía el encuentro trascendental de comprender y aceptar la relatividad de las formas, las cuales no tienen el valor absoluto con el que las reflejaba el Renacimiento, sino el relativo a su medio, a las circunstancias de luz y atmósfera que las rodea y deforma.

- Composiciones que no tienen el dinamismo ni el movimiento exagerado del Barroco, pero que por sus complicadas formas geométricas, el uso de lo diagonal para configurar los planos, la utilización de la luz y la fusión de escenas reales e imaginarias para que quien lo mire sufra el equívoco, son claramente barrocas.

- Colorido aprendido en la escuela veneciana, que utiliza en su madurez preferentemente los tonos fríos (grises, plateados…) con algún toque cálido, consiguiendo los matices más delicados y de bello conjunto.
- Aunque pintó poco y sin prisa porque se exigía mucho a sí mismo y rectificaba constantemente sus obras, su afán por salvar de la muerte y “hacer vivir” para siempre lo que le rodeaba y veía, lo llevó a comprender en sus obras toda la realidad de su tiempo, la vida sincera: lo bello y lo feo, la corte y el pueblo, el pueblo mendigo y los bufones, los grandes personajes mujeres y varones; sin complacencia ni rechazo ante el modelo, él observa y pinta sin interés por impresionarnos.

Así, a pesar de que sus deberes de palacio lo llevaran a especializarse más en el retrato, su obra toca todos los géneros: naturalezas muertas con figuras, mitología, cuadros religiosos, de historia, interiores, paisajes… y por descontado los retratos.

Podemos dividir la obra de Velázquez en tres etapas:

*.- 1. Inicial sevillana: obras tenebristas, colorido obscuro y terroso (ocresmarrones), facilidad para captar las cualidades de los objetos y el realismo de los personajes; influencia de Caravaggio, hasta tal punto que se le llego a nombrar como “el 2° Caravaggio”..

*.- 2. Trasladado a Madrid, ingresa en la Corte, donde triunfa rápidamente. En 1623, nombrado pintor de cámara, empieza a abandonar el tenebrismo. Un cuadro mitológico lo caracteriza: Los Borrachos o el triunfo de Baco. Trata con ironía la parodia de un episodio mitológico con pícaros tipos de la calle presididos por el semidesnudo Baco, que con manto rojo y pliegues blancos, resalta sobre la tonalidad cálida de la escena.

*.- 3. Después de la primera visita de Rubens a Madrid en 1630 y de su primera estancia en Roma, influido por la pintura veneciana, abandona el tenebrismo y comienza su preocupación por el color, la perspectiva aérea y el desnudo.
Trabaja sobre todo como gran retratista de la corte y da testimonio de la realidad que le rodea desde la monarquía al último bufón.

*.- 4. En los últimos años de su vida, desde su regreso de Italia en 1651 hasta su muerte, pinta sus obras culminantes. Pintura fluida, más aérea, pinta sin líneas, capta la luz mostrando como es ella la que juega con las formas, exaltándolas o deformándolas. Pinta nuevas series de retratos, del rey, de su hija María Teresa, y de la nueva reina Doña Mariana de Austria, con gesto altivo de niña convertida en reina. Pero sobre todo realiza las dos grandes composiciones en las que consigue captar el ambiente:

miércoles, 23 de febrero de 2011

Modificación de la prueba para el presente curso 2010-11.

 “La COPAU (Comisión PAU), nos ha indicado en primer lugar, que no se puede dividir la materia
entre las opciones sino que el programa debe entrar en su totalidad en cada opción. Y en segundo lugar, no puede haber doble elección dentro de cada una de las opciones.
En consecuencia, no podemos mantener el modelo de examen previsto y acordado en la primera coordinación de este curso 2010-11. Es decir, dividir la materia y fragmentarla en cada una de las opciones.
Por lo tanto, no pueden salir cuatro obras (dos en la A y dos en la B, para elegir una), ni entrar las 20 primeras obras en la A y las 20 segundas en la B.
Debido a estas circunstancias, y teniendo en cuenta, de un lado, la amplitud de nuestra asignatura (desde el mundo antiguo hasta la actualidad) y, de otro, que nuestro examen de PAU se basa
en el análisis y comentario teórico-práctico, de una única obra, es por lo que la Subcomisión de Materia de Historia del Arte ha decidido seleccionar de entre las 40 obras que conforman el Programa de esta asignatura de 2º de Bachillerato, 20 obras que podrán salir en el examen tanto en la Opción A como en la B.
El alumno debe elegir una de las dos obras que se le ofrecen”.

Relación de obras para la prueba de PAU

2. Coliseo. Arte Romano.

El Coliseo o Anfiteatro de Flavio


3. Mezquita de Córdoba. Arte islámico.
Una síntesis de la Mezquita de Córdoba 

La Mezquita de Córdoba


4. Planta y alzado de la Catedral de Santiago de Compostela. Arte Románico.

5. Catedral de Notre Dame (Fachada). Arte Gótico.

Notre Dame

Comentario a la Fachada de Notrê Dame, París.

Arte Gótico


6. Cúpula de Santa María de las Flores. Brunelleschi. Arte del Renacimiento.
Cúpula de Santa María de las Flores. Brunelleschi. Arte del Renacimiento.

7. David. Miguel Ángel. Arte del Renacimiento

Miguel Angel, Escultor

David, Miguel Angel

Miguel Angel

Esquema del Renacimiento


8. La Trinidad. Masaccio. Arte del Renacimiento.
La Trinidad. Masaccio. Arte del Renacimiento.

9. El Éxtasis de Santa Teresa. Bernini. Arte Barroco.
10. Las Meninas. Velázquez. Arte Barroco.
11. La Libertad guiando al pueblo. Delacroix. Romanticismo.
12. Los picapedreros. Courbet. Realismo.
13. Desayuno sobre la Hierba. Manet. Impresionismo.
14. Los jugadores de cartas. Cezanne. Postimpresionismo.
15. La Sagrada Familia. Gaudí. Modernismo.
16. El grito. Munich. Expresionismo.
17. Composición en rojo, amarillo y azul. Mondrian. Abstracción.
18. Las señoritas de Avignon. Picasso. Cubismo.
19. Villa Saboya . Le Corbusier. Arquitectura Movimiento Moderno.
20. La Casa de la Cascada ó Casa Kaufmann. Lloyd Wright. Organicismo

Se ofertará al alumno una opción A (una sola obra de entre las 10 primeras que se han seleccionado (de la nº 1 a la nº 10, es decir, del Partenón a las Meninas) y una opción B (una sola obra de la nº 11 a la nº 20, es decir, de la Libertad Guiando al Pueblo a la Casa de la Cascada).)

jueves, 17 de febrero de 2011

"La Victoria de Samotracia" de Pithókritos de Rodas

El Moises de Miguel Angel

Bernini




El éxtasis de Santa Teresa. Bernini. Barroco.


Obra:  Éxtasis de Santa Teresa. Iglesia de Santa María de la Victoria (Capilla Cornaro). Roma.
Autor: Gian Lorenzo Bernini (Nápoles. 1598-1680).
Género: Escultura. Bulto redondo. Tema religioso.
Estilo: Arte Barroco.
Cronología: Siglo XVII. 1647-1651. Italia.
Otras obras: Apolo y Dafne, Rapto de Proserpina, David, Beata Albertona moribunda, Sepulcro de Urbano VIII...
Imagen del día 31 de Marzo de 2008 por Kore
Detalles de la imagen 'El éxtasis de Santa Teresa. Bernini. 1645-1652'

  • Capilla: Aunque nos centremos en la imagen protagonista, a su alrededor también hay otras figuras. En las paredes laterales se abren balcones artificiales donde se asoman para ver la escena parte de la familia Cornaro. También en el techo hay pinturas de querubines y grandes trampantojos.
  • Santa Teresa: Escritora mística que fue beatificada. En sus escritos hablaba de encuentros con Dios, los llamados éxtasis. Relata cómo llegó a ella un ángel que le clavó una flecha en el corazón, simbolizando el amor divino.
  • Rayos: Los rayos que vemos detrás son realizados en bronce y simbolizan como una gloria divina, ya que parten de una luz cenital que hay encima del grupo escultórico.
  • Barroco: En el Barroco, la unión de teatro, espiritualidad y escultura es un rasgo significativo que se ve a la perfección en este grupo escultórico. Así se ve en la cara de la santa, en éxtasis, ante la llegada del ángel.
  • Daga: La flecha se va a clavar en el corazón de la santa. Es el instante justo anterior, recalcando el dramatismo y escenografía de la situación.
  • Tela: Otro rasgo significativo del Barroco es el movimiento, que aquí se ve en las telas que revolotean. Es un escenario con gran dinamismo, fruto de la situación que se está viviendo y del estado anímico de la santa.
ANÁLISIS:
Bernini crea un grupo escultórico en mármol que más parece una composición pictórica, donde hace visible la experiencia narrada por la Santa de Ávila: aparece ella en profundo éxtasis místico con sus ojos pesadamente cerrados y su boca entreabierta, transmitiendo una sensación híbrida entre placer y dolor.
Lo primero que vemos es un grupo escultórico o conjunto escenográfico, donde Santa Teresa de Jesús está en pleno arrebato místico sobre unas vaporosas nubes, en el mismo instante que un ángel la acaba de atravesar con un dardo de amor cristiano.
Con esta obra supo Bernini lograr unos efectos escenográficos alucinantes, irreales por la luz y el volumen, sin límites definidos y todo para plasmar el clímax de la Santa en la estatua.
Ese efecto luminoso hace que las figuras parezcan suspendidas en el aire.
Integra el conjunto la pintura, la escultura y la arquitectura: pintura en la policromía de la estructura arquitectónica y arquitectura en el hueco por donde entra una luz cenital, dedicada toda a la escultura. Santa Teresa está recostada sobre unas nubes y elige, como el momento preciso, el clímax emocional de la Santa,  donde se representa todo el sentimiento teatral y escenográfico del barroco.

COMENTARIO:

Esta teatral obra de Bernini se encuentra en la iglesia carmelita descalza de Santa Maria della Victoria de Roma, en la Capilla Cornaro.
El cardenal veneciano Federico Cornaro mandó erigir. ¡Todo un espectáculo! para mostrarnos cómo un suceso que acontece en la España del XVI (la experiencia de la unión mística con Dios vivida por una monja reformadora y andariega) se convierte ante nuestros ojos en real, contemporáneo y, a la vez, eterno: Teresa recibe, a través del ángel, el gozo extasiador, pero a la vez doloroso, de la experiencia divina con la que desde la morada celeste el Espíritu la regala. Los Cornaro, desde las tribunas laterales, son testigos con nosotros de lo que está ocurriendo, lo comentan y lo discuten.

Pero hay que leer a la santa, si queremos comprender y gustar de la obra de Bernini:  "Vi un ángel cabe mí hacia el lado izquierdo en forma corporal (...); no era grande sino pequeño, hermoso mucho, el rostro tan encendido que parecía de los ángeles muy subidos, que parecen todos se abrasan. Veíale en las manos un dardo de oro largo, y al fin del hierro me parecía tener un poco de fuego. Éste me parecía meter con el corazón algunas veces y que me llegaba a las entrañas: al sacarlo me parecía las llevaba consigo y me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios. Era tan grande el dolor que me hacía dar aquellos quejidos y tan excesiva la suavidad (...) que no hay desear que se quite, ni se contenta el alma con menos que Dios. No es dolor corporal, sino espiritual, aunque no deja de participar el cuerpo algo y aun harto. Es un requiebro tan suave, que pasa entre el alma y Dios que suplico yo a su bondad lo dé a gustar a quien pensara que miento".
Y Bernini hizo su «composición de lugar»: Teresa era santa; el grupo escultórico en mármol se encuentra suspendido sobre una nube algodonosa, bañado en la luz, como si a pesar de su realismo fuera nuestra propia visión beatífica».


Bernini dominó todas las disciplinas artísticas, pero por encima de todo su vocación fue la escultura. Los rudimentos de la profesión los adquiere con su padre, que en 1605 se traslada de Nápoles a Roma. A partir de entonces, el joven Bernini copia las antigüedades grecolatinas del Vaticano y admira el arte de Miguel Ángel. Años después sus contemporáneos lo consideraran el Miguel Ángel del siglo XVII.
Su técnica será perfecta y su virtuosismo genial lo desarrolla desde la juventud. A él le atrae lo decorativo, la exuberancia y el misticismo.
El modelado de la curva y la multiplicidad de planos conducen a la aparatosidad y la conmoción.
Su virtuosismo es excepcional al hacer que el mármol se convierta en carne, telas o vegetales. Sus características principales serán el movimiento exaltado y en plena acción, la búsqueda de calidades texturales, la violencia expresiva, el psicologismo o tratar de reflejar las pasiones del alma y un profundo naturalismo, frente a la rebuscada elegncia del manierismo. El material que utilizó fue el mármol y tanto las figuras aisladas como los grupos tendrán un punto de vista frontal.
Es el artista que mejor consigue integrar espacio, tiempo y luz, intentando romper las barreras físicas entre el espacio real y la ficción artística creando la ilusión de infinito; ilusionísmo que conscientemente pretende integrar al espectador en la vivencia de lo celeste, partiendo, eso sí, de la materialidad que lo envuelve. Teatral si se quiere.
En sus años de juventud hace obras mitológicas y alegóricas para el Cardenal Borghese, caracterizada por el movimiento y la línea serpentinata: Rapto de Proserpina, Hermafrodito dormido, Apolo y Dafne o David. En su época de madurez, se desarrolla el Periodo Medio, el más creativo de su carrera. Son los años del pontificado de Inocencio X, alcanzando la cima de su arte, unificando todas las artes y logrando el supremo espectáculo de la teatralidad barroca. A este período corresponde la obra estudiada, además de otras obras teatrales, tales como la Beata Albertona, la Fuente de los cuatro ríos en la Plaza Navona de Roma, los Sepulcros de Urbano VIII y, Alejandro VII en el Vaticano o el Busto de Luis XIV, cuando estuvo en Versalles trabajando para el Louvre.

Hacia 1665, durante el pontificado de Alejandro VII, Bernini evoluciona hacia el estilo tardío, buscando el expresivísimo y la espiritualidad, tan típica en la etapa final de los grandes maestros italianos, según se ve en Donatello y Miguel Ángel. Las figuras se alargan y los ropajes se retuercen y agitan, como muestran los Ángeles con los atributos de la pasión, que decoran las barandillas del Puente de Sant´Angelo, modelados entre 1668 y 1671.

CONTEXTO HISTÓRICO:
El término “Barroco” se acuñó, con sentido peyorativo o despectivo en el Neoclasicismo, a finales del siglo XVIII o principios del siglo XIX. Este carácter negativo le venía dado por su recargamiento y complicación decorativa, siendo un estilo muy criticado hasta finales del siglo XIX. A partir de ahí empezó a ser un arte con características propias, que supone una reacción frente al racionalismo renacentista y continuación del Manierismo. Sus características innatas son el movimiento, el dinamismo, la teatralidad, el expresionismo y la propaganda del poder.

En su desarrollo influye la Iglesia de la Contrarreforma, en la que los papas son los mecenas. La iglesia católica renovará la iconografía e impondrá el gusto por las composiciones aparatosas, para expresar su superioridad frente a la herejía protestante.
Como arte cortesano, el Barroco se pone al servicio de los monarcas absolutos, que encargan la construcción de grandiosos palacios. Este arte busca emocionar al pueblo y persuadirlo de que la monarquía es la mejor forma de gobierno. Es un arte con una finalidad propagandística evidente.
Se puede hablar dentro del Barroco de dos etapas: el Barroco pleno (1630-1680) y el Barroco tardío o Rococó (hasta mediados del siglo XVIII).

Ver1

Ver

Velazquez

Greco

Greco

Greco

Greco

Comentario al entierro del Conde de Orgaz

Greco

Velazquez

El entierro del Conde de Orgaz. I

lunes, 14 de febrero de 2011

El entierro del señor de Orgaz. El Greco.


El entierro del señor de Orgaz. El Greco. Renacimiento Español (Manierismo)


Nombre: El Entierro del Conde Orgaz
Autor: El Greco (Domenikos Theotokopoulos)
Estilo: Manierista
Fecha: 1586-1588
Localización: Iglesia de santo Tomé (Toledo)
Datos técnicos: Óleo sobre tela, 4,80 x 3,60 m

DESCRIPCIÓN:
  El cuadro está dividido en dos grandes zonas:
*.-  En la parte alta una zona celestial en donde aparecen Cristo, la Virgen, ángeles, santos y otros personajes ya fallecidos.
*.- En la parte inferior, la terrenal, se representa un entierro rodeado de personajes, unos eclesiásticos y otros civiles.
Andrés Nuñez de Madrid (Párroco de Santo Tomé) lo encargó al El Greco en 1586 para que este lienzo fuera situado en una capilla lateral de la citada iglesia parroquial.
El cuadro tenía que representar el milagro que en 1323 ocurrió en aquella iglesia cuando se iba a enterrar a Gonzalo Ruiz de Toledo, señor de Orgaz: En ese momento bajan del cielo San Agustín y San Esteban y lo entierran ellos mismos con sus propias manos.

ANÁLISIS FORMAL DE LA OBRA:
Presenta características que la sitúan dentro del estilo Manierista de la pintura:

*.-  Luces de apariencia artificial: indica artificiosidad e intelectualidad.
La parte celestial tiene una luz diáfana que no emana de una fuente definida, la parte terrenal presenta el cuerpo del señor de Orgaz y los santos más iluminados que el resto así como las caras de los personajes representados. Las antorchas que portan algunos individuos hubiesen modificado la luminosidad del cuadro creando unos contrastes entre  luces y sombras.Este recurso  de una forma artificial atrae la mirada hacia unas partes determinadas.

*.- Alargamiento de las figuras: recurso ampliamente utilizado por el pintor en todos sus lienzos y que caracterizarán su obra. Este recurso lo toma de Miguel Ángel, tras su paso por Roma, y de Tintoretto y Parmigianino (escuela Veneciana).
El alargamiento de las formas busca una belleza mediante la estilización de inspiración goticista y que cuestiona las reglas y modelos dominantes del Alto Renacimiento y que ya, en el siglo XVI, se consideran caducas. Hade ser el ojo y no las reglas las que marquen la composición de una figura.

*.- Figuras cortadas: otro de los recursos manieristas en la pintura, impensable en el Renacimiento de la armonía, el equilibrio y la composición; el Manierismo al romper con las normas busca efectos mayores en el cuadro.

*.- Figuras serpentinatas: figuras retorcidas  que buscan extraños escorzos (la figura del ángel que conduce el alma del señor de Orgaz al cielo y en menor medida en la posición de otros ángeles de la escena celestial).

*.- Estudio anatómico de los cuerpos: se observa en los desnudos que aparecen en la parte celestial de la obra.

*.- Predominio del color en la composición frente a la línea: observable en los colores vistosos y llamativos que se utilizan y que llaman la atención (las casullas de los santos, las caras recortadas en fondo negro de los personajes, la utilización de los blancos y en general el colorido de la parte celestial).
El predominio del color alcanzará su impronta más alta en la representación del alma del difunto, en donde ésta queda resumida en unas pinceladas de color en donde ha desaparecido totalmente la línea.
Supone el triunfo del color sobre la línea (El Greco, Miguel Ángel, Tiziano y la escuela manierista Veneciana).
 
*.- Un cierto “Horror vacui” en la composición: otra de las características del Manierismo, que trata de llenar todo el espacio pictórico (visible, por ejemplo, en la parte celestial en donde aparecen un sin fin de personajes que llenan por completo la escena).

*.- El movimiento.

Refleja el Manierismo del Greco influenciado por Miguel Ángel y la escuela veneciana: funde todas estas tendencias llegando a crear aun estilo personal y propio que ha hecho que algunos estudiosos del tema no se atrevan a inscribir a El Greco en el Manierismo y consideren su estilo excesivamente personal y de difícil de clasificación.

 ANÁLISIS ICONOGRÁFICO DE LA OBRA:
El pintor pinta el entierro tal y como se le ha mandado, pero también una visión divina del mundo celestial ha donde irá el alma del difunto.
Un cielo dominado por la figura central de Jesucristo Resucitado (vestiduras de blanco) que sentado en un trono juzga como rey del universo a todas las almas y a esa alma del difunto que sube hacia él.
Con la mano derecha señala hacia San Pedro (portador de las llaves del cielo tal y como lo atestigua su atributo pictórico), indicándole que ha de abrir las puertas para esta alma que sube.
Bajo la figura central aparece la Virgen María (vestida de rojo y azul como lo demanda la tradición; rojo porque es coopartícipe de la Pasión de Cristo y azul como color de la esperanza en el cielo).
María, está en disposición de acoger el alma que sube “ayudando” por medio de un gesto a que ese alma se eleve.
Esta posición de la Virgen como intercesora ante su Hijo, en el papel de Madre será uno de los argumentos contrareformistas más utilizados en el Barroco unos años después, ya que con el fin de contrarrestar las doctrinas protestantes, se hará hincapié en la función de quien recibe un culto de hiperdulía.
A la izquierda de Cristo (derecha del cuadro) aparecen toda una serie de personajes que miran adorantemente a Dios.
Entre ellos y reconocibles a través de sus atributos, a San Juan el Bautista (reconocible por su vestimenta de piel de camello), dos mártires San Pablo Apostol (con la espada de su martirio) y Santiago el Mayor patrono de España, con indumentaria que asemeja la de un peregrino y con la concha.
En segunda fila de este grupo aparece Santo Tomás (titular de la parroquia y reconocible por la escuadra de arquitecto) y el resto de los apóstoles al lado de Felipe II, lo cual no deja de ser un sorprendente lugar.
En último lugar aparecen una serie de santos sin identificar que forman el coro celestial alrededor de la Figura de Cristo. Bajo ellos, en la esquina derecha de la parte celestial de la composición, sí se pueden identificar a María Magdalena (cabellos despeinados) y a San Sebastián con las saetas de su martirio, ambos santos con una devoción particular en el lugar.
En la parte izquierda del cuadro aparecen diversas figuras del Antiguo Testamento como el rey David con su arpa, Moisés con las Tablas de la Ley o Noé al lado de su arca. En definitiva toda una serie de personajes importantes a quienes se presupone un lugar destacado en la otra vida.
En la parte terrenal de la pintura, aparece el cuerpo inerte del noble difunto  que es recogido por San Agustín con su vestimenta de obispo y San Esteban, diacono de la Iglesia y primer mártir.
En las casullas y estolas de ambos personajes decora El Greco algunos personajes bíblicos y otras escenas; ropajes por demás contemporáneos al autor del cuadro, pero no así a los de la época de las dos figuras retratadas.
 A este entierro asisten anacrónicamente el párroco que encarga el cuadro que preside las exequias leyendo el ritual de los oficios y otros clérigos de su entorno.
En la parte opuesta, un fraile franciscano, otro agustino y un fraile dominico.
En la fila del centro una serie de personajes contemporáneos de El Greco, y el mismo Greco que nos mira de frente, invitando a entrar al espectador en el misterio y milagro que está ocurriendo, de la misma manera que hace el niño del primer plano hijo de El Greco señalando con su dedo al personaje central.
Entre la parte terrenal y la celestial aparece el alma del difunto que es ascendida ayudada por un ángel, personajes que también aparecen por toda la composición distribuyéndose conforme a la disposición en jerarquías propuesta por el mismo San Agustín.
De esta forma los ángeles serían los más cercanos a los personajes vivos y por tanto más parecidos a los mortales, los serafines y querubines alrededor de los personajes espirituales, representados como pequeños amorcillos y finalmente tronos, potestades y poderes al lado de Cristo en Majestad, entidades sin forma, por lo que el pintor los detalla a base de colores difuminados que rodean la Figura de Jesús.

En líneas generales podemos hablar de una composición en donde además de relatarnos un milagro, tal y como se le pide al pintor, éste, ayudado de las indicaciones de los clérigos, va más allá y nos presenta una visión beatífica del Cielo en todo su esplendor, dándonos así una lección teológica del mismo.
Esto es, que las almas al morir se desprenden del cuerpo y se dirigen a la otra vida.
Éstas serán juzgadas por Dios en la persona de su Hijo, determinando a quien se les abre el cielo o quienes son condenados para toda la eternidad.
De la misma manera la Virgen y los ángeles conforme a sus distintas jerarquías, sirven de intermediarios, “ayudando” al alma a elevarse y poder integrase en el Cielo al lado de todas aquellas personas que a lo largo de la Historia se han hecho merecedoras de Él.




Autor:
EL GRECO: Este autor tiene un espíritu religioso (y por eso su pintura sólo es un medio de representar la experiencia religiosa), pero también tiene un espíritu que le permite presentarlo con un lenguaje nuevo; por esto está demostrado que EL GRECO es uno de los testimonios más importantes al representar la religiosidad castellana de la época reflejada en sus obras

Género:
Es una pintura religiosa, figurativa, en la que se representa un enterramiento donde se pueden ver dos partes bien diferenciadas: en la parte inferior el autor se aproxima más a la representación de estilo romana, mientras que en la parte superior del cuadro se acerca más a su época, el Renacimiento; esta obra la podemos situar en la mitad de la evolución estilística del autor.

ANÁLISIS FORMAL Y ESTILÍSTICO:
  • La línea y el color: las dos partes del cuadro están claramente diferenciadas por un tratamiento del color muy diferente entre ambas; en la parte inferior del cuadro se encuentran los colores de: blanco, negro y dorado. Y en la parte superior hay grandes estridencias con colores como el gris, el blanco, el rojo y el azul.




El cuadro tiene mucha luz en el centro, y más sombras en los márgenes = esto ayuda a dar impresión y profundidad al cuadro.
Tiene una pincelada segura y rápida, sin detalles, haciendo esbozos más que dibujando = como se hace en el difuminado, es decir, que no hay una línea clara que separe a las figuras. Esta técnica el autor la consigue pasando la brocha seca sobre lo que acaba de pintar, para emborronarlo todo. La técnica se llama Sfumatto.

  • La composición: El cuadro se compone con tres escenas que se presentan al mismo momento: el enterramiento, la acción de los santos, y la gloria.
Y también se compone de dos partes: la terrenal (inferior) y la celestial (superior).
El cuadro recibe la luz de seis antorchas que llevan los nobles y un niño; sólo es con esta luz que se rompe toda la oscuridad de la escena.
Esta es una composición cerrada porque todos los componentes del cuadro están mirando hacia el centro de éste y porque las figuras y los cuerpos se inclinan hacia el interior del cuadro. Además también se podría apuntar que es una composición de líneas dinámicas, porque sus líneas son curvadas (en la zona superior, el cielo). En esta zona el pintor juega con los colores y luz para conseguir efectos de profundidad y sensación de movimiento (dinamismo).


  • Iconografía: es la representación del funeral del noble Gonzalo Ruiz, conde de Orgaz, muerto el año 1312. La escena se inspira en una leyenda toledana según la cual el cadáver del conde fue depositado en el sepulcro por los santos Agustín y Esteban, en reconocimiento de la generosidad que este noble había demostrado en vida hacia estos santos.
  • Iconología: esta obra muestra la fusión entre el mundo real y el mundo celestial, que son dos espacios que entre sí se complementan y se explican mútuamente. Son dos partes del cuadro que se separan estilísticamente porque la parte de arriba pertenece a la época del Renacimiento y la de abajo pertenece más a la época de lo romano, por eso se diferencian claramente entre ellas.
Esta obra pertenece al Renacimiento español, es una de sus obras más personales y la realizó cuando ya estaba en Toledo, habiendo aprendido antes el arte que en Florencia por esa época se cultivaba.
Esta obra es una fusión entre el mundo terrenal (real) y el del más allá (el cielo), dos espacios que mútuamente se complementan y se explican.